
Esta pélicula además de ser ganadora del Oscar a mejor película en 1966, en aquellos viejos años, tiene unos dialogos que sumergen al espectador en el siglo de las reformas. Aunque hoy en día nos pueda parecer que tiene un ritmo DEMASIADO LENTO, vale la pena, porque el guión contiene todas las ideas de reforma protestante y la base de los argumentos de la contrareforma católica.
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